Las Excelencias del Guion
11 de mayo de 1980Enguerrillamiento
24 de febrero de 1984Un artículo reflexivo ante la necesidad de balancear el pragmatismo en la incansable acción social que sea capaz de planificar y organizar la vida.
“La vida, lo más interesante, es la acción que marca y nos marca constituye, a la vez, nuestra rubrica individual, personal y social. La vida,- el tiempo de hacer-es entonces pragmática”.
Cuando yo actúo, vivo. Cuando hay actividad, acción, emoción, estoy viviendo. Vivir, en su sentido estricto, es palpitar en la acción misma, se da por actos, realizaciones, momentos intensos de participación en hechos, individuales o colectivos, pero siempre actos.
La reflexión sobre la acción pasada no tiene el mismo carácter de intensidad que tiene la acción en el momento de ser vivida. En este sentido, la reflexión es menos vida, es vida disminuida. La reflexión sobre los actos futuros conlleva un mayor carácter de vida, pero aún no es verdadera vida La reflexión se valida en función de la acción. Cuando la reflexión delinea, organiza, planifica acciones, apunta hacia la vida y es sólo cuando la reflexión pasa a ser acto, que se transforma en verdadera vida.
La acción es, entonces, reflexión cristalizada. La vida, lo más interesante, es la acción que marca y nos marca y constituye, a la vez, nuestra rúbrica individual, personal y social. La vida, —el tiempo del hacer—, es entonces pragmática. Y hemos llegado al pragmatismo vital de fines del siglo XX. Amar, gozar, sentir, luchar, trabajar, producir, realizar, dirigir, hacer, componer, diseñar, emprender, crear, lograr... siempre en voz activa, he ahí la acción vital, vida misma.
Fuente: Diario de Caracas. Pág. 7
17 de Enero de 1983