El Grito

Hablar a los venezolanos, y despertarlos de su letargo ¡Nadie quiere una escuela! ¡En su vecindario! ¡Ni vecinos, ni concejos! Conseguir en Caracas un sitio idóneo para establecer una institución docente es difícil, pero que legalmente pueda optar y le sea concedida conformidad de uso, ¡una odisea! San Bernardino, 1983. San Rafael de La Florida, 1983. La Castellana, 1987: No se le ha dado conformidad de uso a la Escuela de Cine y Televisión, pequeña y creadora sociedad civil sin fines de lucro. ¡Y maestros de primaria tienen mala ortografía! Así forman a sus alumnos. Muchos venezolanos se graduan de bachiller y también del nivel superior, ¡con mala ortografía! ¡No saben escribir! Un abogado ofrece sus servicios personales de registro de marcas y derechos de autor y la carta que envía, con membrete de un escritorio jurídico, ¡está plagada de errores ortográficos! ¿De la secretaria?... A personas así no se les puede encomendar un trabajo. ¡Pero, no queremos escuelas! ¿Antecedentes? Rondalera... Lo que necesita el país son escuelas. Buenas escuelas de todo tipo. Y, cada día, ¡mejores maestros y profesionales! Pero, ¡molestan a los vecinos! ¿Cuáles vecinos?, ¿es ello ser ciudadanos?

Recién asistí en Montreux, Suiza, a la XV Exhibición Internacional de Máquinas de TV. Lo último fabricado por diferentes casas y ¡cuál fue mi sorpresa sobre los precios! En Venezuela las máquinas de TV cuestan cada vez más caro, pero en el extranjero, pagadas en dólares por monedas estables, ¡cuestan más barato! La tecnología, con su avance, ha logrado la fabricación de máquinas sofisticadas, cada año más pequeñas.